"Los Ayuntamiento del Cambio" y su nueva cultura
- byclaudiamorales
- 16 may 2017
- 3 Min. de lectura
Hoy leía en El País que:
"Han sido dos años de titulares. De las túnicas de los Reyes Magos madrileños que algunos no perdonarán jamás a Carmena, a la escultura de Franco decapitado en el Born de Barcelona. Los llamados “Ayuntamientos del cambio” llegan al ecuador de sus mandatos arrastrando una ruidosa ristra de polémicas culturales.
En las siete grandes alcaldías herederas del 15-M y las mareas ciudadanas —Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza, A Coruña, Cádiz y Santiago de Compostela— el área de Cultura se ha convertido en un laboratorio de políticas experimentales y también, en un campo de minas simbólico."
Y es cierto. La cultura que defienden estos ayuntamientos está bastante alejada de lo que estamos acostumbrados y acostumbradas. Una cultura en España que va más allá de los actos religiosos, taurinos, exposiciones en museos y ferias culturales. La gente, la calle, el pueblo, los jóvenes, y en definitiva, un arte alternativo, ocupan cada vez más hectáreas en este terreno de la cultura municipal.
Estos Ayuntamientos, de ideología de izquierda, más modernos y con otras miras, se alejan de los grandes eventos que han caracterizado siempre a nuestro país y miran a los barrios, al talento local y buscan nuevos públicos.
José Manuel Sande, concejal de A Coruña, dice respecto a los ciudadanos que "no sean simples consumidores de cultura sino sujetos activos”.
La cultura la hacemos las personas, el talento, y éste reside en multitud de facetas, ni si quiera tiene límites. Abrir puertas y abrir nuestra mente es esencial para que exista una cultura rica en nuestro país y en nosotros mismos. La cultura de actos religiosos, museos de obras de arte y tauromaquia, no solo es discutible, sino que está obsoleta. El mundo avanza, crece, y la cultura también (y menos mal).
Sí, estos Ayuntamientos defienden una cultura que va en esa línea, y ¿cómo podemos no estar de acuerdo?
Bueno, sí, hay muchos que sí, como el portavoz del PP valenciano, Eusebio Monzó, que ha dicho que la "Única y exclusivamente se han dedicado a conmemorar la Guerra Civil y la República”. Esto, además de ser falso y ser bastante significativo de la mentalidad de esta persona y del valor que le da a conmemorar la Guerra Civil y la República (seguramente se referirá a que se ha intentado trabajar por la ley de memoria histórica, y se ha procedido al cambio del nombre de muchas calles). Es evidente que a este partido no le conviene demasiado “estas clases de revoluciones en nuestros cerebros”.
Evidentemente, todo necesita tiempo. Implementar una nueva línea y un nuevo modelo municipal por lo que respecta a la cultura no es inmediato. Parece que muchos también “no ven resultados”.
La realidad es que el avance está siendo importante y la participación ciudadana y el impulso del talento local no ha parado de crecer.

Fuente: ElPaís
“Aunque, con diferencias, las siete ciudades se han enfrentado a las consecuencias de la crisis, y la mayoría han conseguido aun así incrementar sus presupuestos para el área de Cultura —23,4% en Madrid, 19% en Zaragoza, 14% en Santiago— conscientes de las ganas de sus votantes de ver los resultados del revulsivo prometido.”
Es importante defender la cultura, porque no es solo algo característico de un país, sino de la riqueza de nosotros mismos. Es no solo acabar con la ignorancia (junto con la educación), sino abrir horizontes, trabajar la mente, exprimirla. Al estallar la crisis y en los años posteriores, los recortes también han ido dirigidos a la cultura. Dejar de comprar libros, de ir a museos, al teatro o al cine no es solo un atraso, sino que es intolerable en una sociedad moderna que pretende crecer y progresar como tal.
Frente a un mantenimiento de la cultura tradicional y una disminución a través de recorte de aquella que abre nuestra mente, hay que reaccionar.
Toda cultura es buena, y en su conjunto necesaria. Poner trabas a que ésta crezca es indiscutiblemente, erróneo.

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